El nieto de la maestra Elisa Molinero recoge el Premio «La Latera»
El secretario general de UGT, Pepe Álvarez, entregó el Premio Antonia Céspedes «La Latera» en su sexta edición a los familiares de la maestra Elisa Molinero. El nieto de la homenajeada, José María Escribano fue el encargado de recoger la estatuilla con la que UGT ha reconocido, a título póstumo, la figura de Elisa, una maestra represaliada por el régimen franquista, cuyo coraje y valor ha servido de ejemplo para muchas mujeres que lucharon por la justicia social.
En el acto de entrega estuvieron presentes la secretaria general de UGT Ceuta, Yolanda Aparicio, así como toda la Comisión Ejecutiva Confederal del sindicato, secretarios generales autonómicos y de las federaciones, así como responsables de los departamentos confederales. También asistieron al acto la delegada del Gobierno, Cristina Pérez, y el consejero de Comercio, Turismo, Empleo y Deportes, Nicola Cecchi, entre otras personalidades.
La historia de la maestra Elisa Molinero es un testimonio vivido de la represión franquista y la urgencia de la Memoria Democrática en Ceuta. Elisa Molinero Salvador, casada con Heliodoro Escribano, fue madre de cinco hijos que, con el tiempo, también se dedicarían a la enseñanza: Teófilo, Luis, José María y las chicas, Concha y Carmen. Elisa estuvo desnada en Olvera (Cádiz) desde 1919 a 1925. Recaló en Ceuta a finales de la década de 1920, donde fue propietaria de la Escuela nº 3, figura muy comprometida con la educación, llegando a impartir clases a hijos de obreros sin recursos en el popular «Colegio de la Tahona».
Tras el golpe militar de 1936, un gran número de maestras ceutíes se vieron represaliadas por su vinculación con la República. Elisa fue suspendida de empleo y sueldo el 4 de septiembre de 1936, al considerársele «peligrosa para la enseñanza», y posteriormente separada definitivamente de su cargo, causando baja en el escalafón el 12 de mayo de 1941, bajo acusaciones como «no recibió con agrado el Movimiento» y de “pertenecer al Frente Popular”. Su caso no fue aislado; la nueva pedagogía impuesta por el régimen sepultó un progreso educativo notable.
La represión no solo afectó a Elisa. Su hijo José María, también maestro, fue asesinado en Granada en enero de 1937. Otro de sus hijos, Teófilo Escribano, fue detenido por su afiliación a la FETE y a las Juventudes Unificadas de izquierda, y por haber sido apoderado del Frente Popular en las elecciones de febrero del 36; también le acusaron de pertenecer al Socorro Rojo. Estas medidas buscaban «someterla, destruir su identidad y quebrantar a su familia». A pesar de los largos años de depuración y alejamiento de la enseñanza oficial, Elisa luchó incansablemente, logrando finalmente su reingreso en 1957, aunque con graves sanciones y un traslado forzoso.
